Antes de un liderazgo agile, hay que ser líderes multiplicadores y ejecutivos, que sean congruentes, inspiren y no posterguen la ejecución, traccionando desde el desarrollo de nuestros colaboradores, todo el tiempo.
Durante nuestro desarrollo profesional, hemos de ser muy conscientes que nuestros resultados los conseguimos a través de la influencia en las demás personas, no los conseguimos de forma independiente, por ello hay que enfocar en los otros y en el impacto positivo de nuestras acciones y las experiencias que los hacemos vivir, es imposible que alguien crea que te conozca, que piense que eres las persona que fuiste hace 15 años y que tus cambios han sido microscópicos, es ingenuo, más aun cuando nunca has interactuado de forma personal o profesional con esa persona. En fin, esto nos sirve de antesala para este importante tema del día de hoy, el liderazgo ejecutivo y multiplicador, que representa una evolución y una multiplicación de tu persona, como líder ejecutivo.
Las habilidades directivas de un líder ejecutivo están enfocadas a la generación de hábitos de un conjunto de acciones consistentes.
Podemos poner en relieve estas habilidades en tres verticales relevantes, la primer es dirección, requerimos saber como organización hacia donde nos dirigimos, la segunda es compromiso, tener claro siempre cual es el impacto positivo de lo que estoy haciendo, el tercero es ejecución, las cosas siempre podrán ponerse difíciles, más cuando estamos introduciendo cambios en una empresa.
En la vertical de dirección encontramos, tres habilidades básicas que me gustaría resaltar, la primera es pensamiento estratégico, cómo apalancamos nuestras habilidades básicas para obtener las mejores decisiones, que consiste en generar hábitos para un pensamiento disciplinado del futuro, más allá de nuestras tareas y equipo. ¿Qué haría, si yo representará a mi competencia?, ¿qué haría sí, está tecnología o forma de pensar domina el mercado en unos años?, ¿qué tipo de servicios de nueva generación debo crear para ser líder en un mercado o sector?, ¿cómo debo pensar para tomar ventaja de aprender primero siempre?, ¿debo disrumpirme yo mismo?, la respuesta a estas preguntas, nos puede ayudar a poner en perspectiva nuestra forma de pensar. La segunda habilidad es, propósito y visión, establecer un propósito transformador y masivo, que describa un futuro mejor para nuestra empresa, industria y/o comunidad, que permita dar cohesión a estos jugadores desde una perspectiva interna y externa, siendo un propósito compartido basado en valores e integridad, no solo en acciones externas. La tercera habilidad es el enfoque, ante la incertidumbre y riesgos significativos elegir un rumbo y actuar con coraje y valentía, tomando decisiones que otros eviten, para ello debemos desafiar nuestra forma de pensar, nuestras hipótesis, nuestras lecciones aprendidas.
Recordemos que el éxito de las demás personas es nuestro éxito, siempre tomando en cuenta un pensamiento abundante y exponencial, enfocado a impactar positivamente en las personas.
En nuestra segunda vertical encontramos, el compromiso, en esta vertical nuestra primera habilidad es la presencia ejecutiva, que está integrada por la pasión, las emociones, los pensamientos y las acciones, recordemos donde enfocamos la energía, se concentran los resultados. Si alineamos deliberadamente, pasión, emoción, pensamiento y acciones y los enfocamos de manera sostenida tendremos resultados deseados.
Nuestra segunda habilidad es la gestión de talento, recordemos para incrementar la efectividad el talento debe gestionarse con talento, como ayudamos a nuestros colaboradores a establecer prioridades para aumentar sus habilidades y destrezas, recordemos que si cuidamos de ellos, seguramente cuidarán de nuestros clientes, implica establecer una organización al revés, donde la decisión de la acción la tengan nuestros jugadores A y B, como decía Jack Welch.
Nuestra tercera habilidad en esta vertical es la comunicación, ¿Cuáles son las 3 cosas más importantes que quiero llevarme de todo esto y a su vez quiero comunicar de forma clara?, los líderes ejecutivos son simplificadores, simple, no significa solo ser conciso, es sistematizar y encuadrar lo complejo en elementos significativos. Recordemos que queremos transmitir entonces lo relevante de forma clara, breve y memorable. Es una habilidad que también debemos enseñar a nuestros colaboradores y equipos de trabajo. Enfoquemos nuestra energía en pensar y sentir, ¿cuáles son las 3 cosas relevantes que deseamos transmitir?, para ser entendido, recordado con precisión e inspiración.
Por último, tenemos nuestra vertical de ejecución, las situaciones son siempre presentes en un ambiente en movimiento y donde estamos construyendo cosas totalmente nuevas, recuerdo una vez a un manager, que recientemente se encontraba en el lugar de trabajo, donde habían cerca de 50 equipos construyendo e ideando, me hizo un comentario breve: “¿Cómo estás?, yo no muy bien, no puedo concentrarme, a lo cual le pregunté que porqué se sentía así, me contestó: Hay mucho dinamismo en este lugar, no tengo una oficina cerrada, todos me preguntan cosas y hay muchas situaciones que resolver, mañana trabajaré desde la oficina central, aquí no puedo hacerlo. La pista de baile como muchos denominamos al lugar de trabajo abierto y de interacción, es así todos los días, subir al balcón es necesario para tener la fotografía completa, pero bajar a la pista de baile te hace enfrentarte y lidiar con la realidad todos los días.
Nuestra primera habilidad aquí es la priorización, para lo cual debemos establecer y tener siempre presente nuestra definición de valor, ¿qué es lo que le da valor al negocio sin lo cual no sería posible hacerlo?, de tal forma que lo co-creemos con nuestro equipo de colaboradores, seamos priorizadores persistentes, enfoquemos nuestra energía en las 3 prioridades más relevantes, las cuales deben ser claras y explícitas, que es lo mínimo requerido para entregar valor, enfoquemos a nuestros colaboradores en que hacer y que no hacer.
“Recordemos siempre, empezar pequeño y visionar en grande, para construir de forma iterativa, incremental y emergente nuestros resultados”.
Nuestra segunda habilidad de esta vertical es, la responsabilidad, que aquí la traducimos como el progreso en nuestro propósito compartido, debe ser estimulante, satisfactorio y una fuente de orgullo. Enfoquémonos en generar confianza y dar soporte en la remoción de impedimentos. Focalicemos en la cadencia de las sesiones para gestionar resultados y expectativas, recordemos nuestras prioridades, la autonomía basada en la maestría, propósito y significado, para generar mejores resultados.
Nuestra tercera habilidad es la experimentación, lo recomendable es crear e implantar un marco de trabajo de innovación desde el nivel ejecutivo, que promueva la experimentación y recompense los niveles de logro, nuestro trabajo como líderes es crear marcos de trabajo para dar valor de forma transversal a la organización y a los clientes.
Antes de un liderazgo agile, debemos ser líderes multiplicadores y ejecutivos, que sean congruentes, inspiren y no posterguen la ejecución, traccionando el desarrollo de las personas todo el tiempo.
Miguel Martínez, Julio 2020.
Recomiendo abajo algunos extraordinarios libros, el primero, el segundo y el séptimo son geniales!!, lecturas obligadas y recomendadas de este tema tan apasionante.
Bibliografía:
- Avery, C. M. (2016). The responsibility process: Unlocking your natural ability to live and lead with power. Pflugerville, TX: Partnerwerks, Incorporated.
- Koestenbaum, P. (2010). Leadership: The inner side of greatness: A philosophy for leaders. San Francisco, CA: Jossey-Bass.
- Wiseman, L., & Tato, A. M. (2019). Multiplicadores: Cómo potenciar la inteligencia de tu equipo. Miami, FL: Penguin Random House Grupo Editorial.
- Koning, P. (2020). Agile leadership toolkit: Learning to thrive with self-managing teams. Boston: Addison-Wesley.
- JOHANSEN, B. (2017). NEW LEADERSHIP LITERACIES: Thriving in a future of extreme disruption and distributed everything. Place of publication not identified: READHOWYOUWANT COM.
- Blanchard, K. H., & Broadwell, R. (2018). Servant leadership in action: How you can achieve great relationships and results. Oakland, Ca: Berrett-Koehler ,, a BK Business book.
- Hamman, M., & Cooney, L. (2019). Evolvagility: Growing an Agile Leadership Culture from the Inside Out. Lopez Island, WA: Agile Leadership Institute.
- Peterson, J. (2020). Entrepreneurial leadership: The art of launching new ventures, inspiring others, and running stuff. Nashville: HarperCollins Leadership.
- Coriat, B., & Domínguez, R. A. (1992). Pensar al revés: Trabajo y organización en la empresa japonesa. México, D.F.: Siglo Veintiuno.